lunes, 17 de marzo de 2014

MI TIEMPO Marta Julia Ravizzi




Para Lourdes

Entender

un milagro en el hechizo

sabiendo que las preguntas,  muchas veces,

 carecen de respuestas.

Entender

que nuevamente y en nosotros

se repetía la magia de la vida. 

Entender

que ahí estábamos, expectantes y con miedo

hasta que el misterio nos fue develado.

 Aparece el prodigio que tiene los ojos muy claros,

y  se mezcla en la tibieza

de un llanto muy pequeño  y una mano

que se aferra al aire del futuro que está lejos.

 

Así,  el encuentro fue pautado dentro del corazón con mucho recelo,

porque

mi tiempo no es tu tiempo,

porque

mis días son efímeros al lado de los tuyos.

 

Por eso el temor, la incertidumbre.

Por eso el disfrute  en el que cada segundo en donde tus horas

se estiran  haraganas,  y tus sueños

rodean mis instantes. 

Mi tiempo no es tu tiempo,

y me desvela

pensar que no estaré un día a tu lado y que,

 tal vez,

no te acuerdes de cuando mis brazos te acunaban.

Pensar que, a lo mejor, te cuentan cuanto te he amado aún antes de ser.

Y mi dolor de no estar cerca de tus días

es parte de esta felicidad

a medias

que hoy nos disfrutamos.

SERÁ LO MISMO? Marta Julia Ravizzi


(… como si acabara de nacer o regresar de un país lejano…)

Juntacadaveres.    J.C. Onetti

 



 

Casi lo mismo

Un ida y vuelta,    un llegar y otro llegar,   no siempre para quedarse.

Nacer o volver de un país lejano.

 

Reencontrar.  Reconocer.   Revivir.

 

Todo se parece            o no.

Volver             ¿partir?

 

Algún día.

 

Ahora llanto apretado Ahora temblor, gritos, frío.

 

Volver

Aguasal que corre hasta más allá de los dientes        Abrazo de  susurros

 

Casi igual,

parecido y sin embargo.

 

 

Aunque yo piense que en realidad  podría ser lo mismo.

 

 

La despedida:

también salobre,    fía,     temblor.

 

La diferencia:

un ataúd en vez de cuna.

UNA VEZ MAS - Marta Julia Ravizzi




Marca sobre marca en el destierro
de noches huérfanas.
Caverna oscura tibia
para el extravío.
Hoguera de julio en enero
una muerte pequeña.

Crecen las ganas
crecen la idea, el susurro.
Se acomoda de costado
se envuelve entre la manta hecha flecos.
crecen madrugadas con nombre.
No límites
no distancias
no imposible.
Crecen
desdibujan contornos
se desprenden del espacio.
Otra vez
ladran las entrañas
amordazan el temblor.
Oculto en el grito éxtasis sombras.
Escondido detrás de un humo que se levanta
los dos
dejan pedazos de los dos
desechos
transformados
y madrugada.

Abren ventanas al abismo.

Siempre iguales
repetidos
magníficos
justo a un milímetro
del abismo.

En el desborde
en el deslimite
entrega total que crece.

Y otra muerte pequeña
una vez más.

domingo, 9 de enero de 2011

EL LUCERO

8 de diciembre, 1978

… y, después vamos a extrañarnos como locos. Después vamos a estar todo el tiempo pensando en esto o aquello que hicimos juntos.
Sí, después de las vacaciones, cuando se termine el verano, vamos a extrañar los juegos en la playa, el árbol de la casita, las mañanas de pesca con el nono. Nos vamos a acordar de los budines de la abuela, de la leche de la tarde, de juntar caracoles y ponerlos en fila o hacer dibujos en el jardín.
Porque estar de vacaciones en la casa de los abuelos en la costa es siempre divertido. Juntarnos los cinco, hablar hasta tarde desde la cama, jugar a los almohadonazos y, lo más lindo, cuando llueve las tortas fritas de la abuela y sus historias.
Y sí, después te voy a extrañar. Cuando pasen las semanas y no te vea. Cuando esté en el colegio y piense que vos estás con tus amigas de la escuela de las monjas. Me voy a acordar de la otra tarde, cuando fuimos juntos a la huerta a buscar tomates para la ensalada, y debajo de las plantas, con ese olorcito tan especial, te agarre da la mano y vos no me soltaste. Me voy a acordar que te miré fijo y te pusiste colorada. Que te quedaba tan lindo en los cachetes…
Cuando estemos otra vez en Buenos Aires, cuando me levante y no desayune con vos, me voy a acordar de estos momentos que ahora estamos viviendo. A vos te va a pasar lo mismo, estoy seguro.
Aunque los más chicos nos carguen, aunque la abuela se sonría y el nono me guiñe un ojo, no me importa si ya se dieron cuenta. Es cierto, ¿y qué hay con eso?
Es tan lindo ver caer la tarde leyendo los dos la misma revista, o mirando cómo las nubes van oscureciendo el día y el sol se acuesta del otro lado del mar. A vos te gusta mirar el horizonte y a mí también. A lo mejor, los dos estamos pensando en lo mismo y no lo decimos.
Ayer, cuando estábamos en la galería del costado, sentados en las baldosas, y vos descubriste al lucero, porque esa estrella que aparece primero y brilla más es el lucero, y me dijiste que te gustaba tanto, yo te contesté que si querías te la regalaba, así teníamos una estrella de nosotros para cuando se terminaran las vacaciones. Así cuando vos las mires yo la voy a mirar igual, a la misma hora, como en ese momento, y estaríamos juntos otro ratito. Te pusiste colorada y me dijiste que bueno, y apoyaste tu cabeza en mi hombro y nos quedamos callados, como dos tontos. Pero fue tan lindo.
Sí, cuando lleguen los días de deberes, de catecismo y de mandados, yo voy a pensar en vos y estoy seguro de que vos vas a pensar en mí, en estas vacaciones, en todo lo que estamos descubriendo juntos. Pero hoy todavía no, hoy sigamos mirando el cielo, descubramos en las nubes formas y figuras, pongámosle nombres raros, que nos hagan matar de risa.
Vayamos a buscar los tomates de la mano, aunque los chicos se diviertan y nos hagan burla. Yo te defiendo, porque son unos zonzos.
Qué se van a imaginar que te quiero en serio y para toda la vida, aunque seamos chicos…


8 de diciembre, 2008


Y ahora, ¿qué?
Pasaron treinta años y no me olvido de nada, pero ni vos ni yo estamos en la costa, ni está el nono con la pesca, ni la abuela, ni vamos a la huerta a buscar tomates. Ese verano fue el mejor de mi vida. No sé si de la tuya. Nos vimos tan poco después.
No es que siga enamorado, es el saber que estuve enamorado por primera vez, y fue lindo y tierno. Fue dulce, con la inocencia del primer beso con labios cerrados, las primeras manos juntas, el rubor de tu cara. Tantas cosas…
Pero pasó el tiempo. Sé que te fuiste a Francia, que seguís allá tu carrera de Bellas Artes.
Yo sigo yendo de vez en cuando a la costa. Ahora con mis chicos, y sigo juntando caracoles en la playa, que después ponemos en fila en el jardín.
Y te sigo extrañando, ahí en la galería, justo cuando aparece el lucero…


1er PREMIO 10º CONCURSO NARRATIVA EN AZUL - 2010

jueves, 6 de enero de 2011

OLVIDARME DE VOS

I

Para olvidarte.
necesito perforar la lluvia con jazmines.
Necesito lamer las cenizas con las que tallamos
aquel camino.

Para olvidarte,
decreté que las arenas del tiempo se transformen en líquido
y que pase tu nombre por la garganta.

Para olvidarte
tengo que endurecer la espuma
de tal modo que duela menos recordarte.

Para olvidarte,
Tengo que dejarte arrumado en un escondite,
junto a los títeres que cuentan historias,
cuando nadie los oye.

Para olvidarte
tengo que buscar la forma, la manera de que todo parezca más sencillo.

Pero igual, con esta fuerza que me impongo,
otra vez vuelo hacia tus ojos, y siento
que los santos murmuran a mi espalda, tal vez se ríen de mí.
En medio de esta decisión de olvidarte,
me siento como un pescador que echa sus redes en un charco
para intentar acaparar estrellas,
y encerrarlas junto a la nostalgia.

Decidí olvidarte,
pero sigo atada a tu nombre y al reflejo de tus ojos.
Aunque me niegue.
II

Duele el domingo sin la risa de toboganes,
cuando la lluvia indiferente
se instala en medio de las manos.
Duelen las esquinas que se pierden
en un horizonte gris,
ganándole al canto de los gallos,
adelantando las agujas de relojes sin cuerda.
Duelen las palabras que no se pronuncian,
las que se esperan, las que marcan y consumen
segundos sin sangre ni latido.
Duelen mis manos.
Están marchitas, con arrugas nuevas.

Son como un campo
donde se secaron las margaritas hechas de ausencia.

Son igual que un campo
donde solamente los cardos hablan con la noche.

Duele la vida,
porque vos no estás.


2do PREMIO LAS VARILLAS-CORDOBA-2010

ASI NO VALE

ASÍ NO VALE

¡Así no vale! ¡Vos siempre haciendo trampas! Al final, no juego más con vos, siempre la misma. Y me iba enojado con vos, con el juego, con el mundo.
Siempre me iba, pero volvía a buscarte y a empezar de nuevo cualquier juego, pero sabía que, invariablemente, me ibas a ganar. Claro, yo era más chico, pero crecimos.
Cuando crecimos, los tantos se emparejaron, yo también aprendí a hacer trampas. La vida enseña y uno aprende, rápido aprende.
Fue para la primavera del 83, me acuerdo que se acercaba el tiempo de la democracia en el país y vos volvías de la facultad contenta: habías aprobado Infecciosas.
Yo, como siempre, te esperaba cerca de la placita, la que está junto a la estación, y volvíamos caminando y me contabas.
Habías conocido un muchacho, ayudante de cátedra me dijiste y te brillaban los ojos. Es lindo, inteligente, me dijiste, y te seguía brillando la mirada. Me invitó a salir, me dijiste, y todo en vos brillaba. Te pusiste colorada, creo que hasta el sexo te brillaba y por eso la vergüenza. Yo no te dije nada, salvo que tuvieras cuidado, que era un extraño, que no lo conocías, que.
Pero te encogiste de hombros, como diciendo a vos qué te importa, y te reíste, con esa risa linda que tenés cuando estás contenta de verdad o cuando hacés trampa. Porque seguís haciendo trampa, como cuando éramos chicos, solo que ahora soy un hombre, aunque vos no lo veas.
Nunca das el brazo a torcer, por más qué sepas que te estás equivocando, por eso yo te sigo de cerca. Sos terca como una mula y si algo se te pone en la cabeza, hasta que lo conseguís no parás. Yo te avisé, pero vos, nada. Cuando me contaste que se iban a la costa para aprovechar el feriado largo, que él tenía un departamento frente al mar, sentí una puntada en el pecho. Solo te dije que tuvieras cuidado, que pasan cosas, que hacía poco que lo conocías, que.
Vos, otra vez te encogiste de hombros. Yo entendí y me dio bronca.
¡Así no vale, Ernestina!
Volviste de Gessell y todavía tenías brillo en los ojos, tal vez un poco menos, o me pareció a mí, pero igual brillaban. Me constaste con lujo de detalles, como hablan los amigos de la infancia. Esos tres días en la playa, lujuria (porque fue lujuria, no te creas), pasión. No sé si también hubo amor, aunque vos te empeñes en decir que sí. Daniel es divino, me dijiste. No sabés cómo me cuida, cómo me protege, me dijiste. Que te iba a ayudar a preparar las últimas materias, que ibas a ir a su departamento para estudiar, que.
Yo lo vi venir Ernestina. Yo te dije que era un extraño. Vos sos la que siempre hace trampas, para salirte con la tuya. Vos nunca escuchás o no querés escuchar. Yo te lo dije desde el vamos. Te tenías que dar cuenta, vos sola, Ernestina, vos sola y sin trampas. Pero no, preferiste seguir con ese brillo en los ojos que ya me cansaba, que ya me hartaba y no quería oír más de vos, de Daniel, de los proyectos. Y otra vez, cuando volvíamos de la estación, por la placita, me contaste de la última materia, del internado en el hospital donde estaba él, de irte a ejercer a Tres Arroyos, donde él tenía la familia. Todos médicos, me dijiste, y el consultorio y la especialidad que él te había sugerido, y el casamiento y.
¡Así no vale Ernestina! ¡Así no vale! ¿Siempre con trampas?
Ni un poco me dolió todo. ¿Sabés por qué? Porque todo alguna vez se termina, como vos, Ernestina. Ya no tenemos seis años, ya no podés hacerme trampas. Ahora las trampas las hago yo, aprendí de vos y de tu forma de brillar. Ahora el brillo es mío aunque nadie entienda. Porque, al final, ¿qué somos?

Prefiero estar aquí sin verte, a verte lejos, en Tres Arroyos, con él, siempre con él y yo solo. Él no cuenta, él solo fue una cosa, algo que se interponía. Pero ya no, ahora solo voy a hablar yo, con tu foto, con tu recuerdo, con las flores que empecé a llevarte.
Ernestina, él nunca contó, vos sí, pero ya no tenés brillo ni nada, ahora estás toda entera y sin trampas, dentro de mi cabeza. Toda para mí.


1er Premio Certamen La Meta de Oro - 2010
Cuento publicado en el libro homónimo, proxímo a editarse.

miércoles, 28 de julio de 2010

GRACIAPLENA

GRÀCIAPLENA
(Traducido al Catalán por Pere Besso)



Al meu fill Mariano Rey
A la seua memòria
Marta Julia Ravizzi


Des d'allà encara més lluny.

Més enllà de l'allà.

On el vent es fa fang.
On la sorra és verda.
On el solc té ferides.

Des d'allà,

arribes entres t'acomodes.

Et rep.
Et respire.


Ferida d'absència,
gràciaplena la teua tendresa resta
íntima subtil eterna,
dins de mi.